23/7/09

antaiteld

Bueno, esto...



... y esto.

23/6/09

Que grosso este tipo por diossss!


Más tarasca que Brus Wein, más glamour que deivid bekam, más facho que Lita de Lázari, más corrupto que hijo de Alsogaray...



o este tipo la tiene muy clara o piensa que todos somos unos boludos.

28/3/09

Mi profe de batería




Gro-sssssssoooo!

20/2/09

Gualeguaychú

Al porche.

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Despertó. Buscó los segundos necesarios para recordar donde estaba y cómo había llegado allí. Sintió la pegajosa capa de sudor que le impedía respirar a su frente. La liberó de agobio con una de sus manos. El sol lo devoraba todo en el interior de la carpa, donde la humedad era la autoridad reinante. Afuera, se escuchaba un tema del Grupo Sombras. “Mierda, al final salía por la otra punta”, pensó. Buscó acomodar su cuerpo de forma que la situación le dejara volver a poner su mente en blanco; nada más difícil.
Sintiéndose ligeramente vencido, se incorporó a tientas buscando lo elemental: cepillo, pasta, mate, yerba, bombillo… haciendo una mezcla entre equilibrio corporal y malabares con las cosas que habían entre su cuerpo y sus brazos, practicó una salida heterodoxa de su hábitat. Trastabilló, pero de alguna forma logró no caerse. De todas formas, afuera sólo había un fox terrier a la vista, que lo estaba observando. En ese momento, su estómago y su garganta rogaron por un poco de cariño: su resaca recién comenzaba.

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- ¿Qué te sirvo, amigo?
- Dame un vodka tonic - el barman preparó el trago. Sacó los billetes que aún quedaban en su bolsillo: uno de 50, uno de 10 y cuatro de 2. Guardó el primero.
- Son 10 pesos.
- Tomá… ¿me hacés otro más por 8?
- Y… Sale 10 cada uno.
- Por eso… ¿me hacés otro más por 8? No me queda más.
- Esta bien.
Se acercó con ambos tragos a una mesa cercana. Era apenas la 1 y media, pero el sábado a la noche se sentía en su cuerpo y fluía por su mente.
- Vos tenés cara de… Anabela.
- Emmm, no… no.
- Entonces vos – señaló a la mujer que acompañaba a la primera. ¿De casualidad te llamas… Camila?
Las dos muchachas se encontraron con cejas extrañadas y gesto estúpido de boca entreabierta. El muchacho se alejó de allí sin mediar palabra más, con las bebidas dentro de sus manos, en el mismo estado en el que habían llegado. Bebió un trago de cada uno de los vasos de plástico y observó a lo ancho del lugar. Encontró una mirada. Se acercó a ella.
- ¿Cuánto por esa pulsera?
- ¿Qué? - la chica esbozó una leve sonrisa.
- Si, por esa pulserita jipi de colores que tenés ahí…
- No, pero… no la quiero vender, me gusta.
- Es que mañana temprano vuelvo a Buenos Aires, y me olvidé de comprarle un regalo a mi vieja. Así que… ¿Cuánto por la pulsera? - Le dio uno de los tragos. Ella lo aceptó y le replicó con un “no, no te la puedo vender”. Bebieron un sorbo. El alzó la mirada.
- ¿Fuiste al carnaval?
- No, ¿vos?
- Si, lo vi desde afuera, un poco lejos.
- ¿Y qué onda?
- Habían unos carros alegóricos bastante turbios, y se veía a gente muy bronceada y brillante bailando con plumas arriba de ellos. No se si comprendí muy bien el espíritu de la celebración. Además, salía como 40 pesos la entrada.
Ambos terminaron sus tragos y se miraron.

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Tomó tres tragos largos del agua helada. Su ser los absorbió con satisfacción, pero con cautela de no sobrecargarse. Acto seguido, hizo uso de su capacidad de abstracción por un momento: se veía como un zombie de ojeras largas y ojos exhaustos en medio de una escena dominada por varios niños que estaban jugando, mientras sonaban distintos temas en las carpas aledañas. Se sintió invadido por un enjunge musical donde se entrecruzaban La Nueva Luna y Daddy Yankee. Más aún, se horrorizó al percatarse de que estaba en ropa interior en medio de la muchedumbre. Se puso unos pantalones cortos y echó su bolsa de dormir sobre el pasto que lindaba a la superficie ocupada por su carpa. Encendió su mp3, se calzó los auriculares y eligió The Dark Side Of the Moon. Puso el agua para el mate, se le pasó. Esperó a que se enfriara, y buscó una mínima sombra para recostarse mientras lo hacía. La yerba no saldría de su envase.

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- Cambio de 50, por favor.
Recibió una única ficha a cambio de su billete, de idéntico valor. A su alrededor, la muchedumbre que rodeaba las 3 mesas de ruleta se comportaba de forma peculiar: los que observaban, estudiaban atentos la sucesión de números que se presentaba en cada mesa. Algunos de ellos fumaban importantes caladas y ponían la mirada fija en las apuestas realizadas, intentando descubrir un sector de la mesa escaso en fichas. Los que jugaban, ponían sus apuestas de a poco, hasta que el crupier echaba la bolita. Era entre ese instante y el momento del “no va más” cuando se realizaban las apuestas de mayor valor. Llegó a divisar a dos o tres hombres que deambulaban por toda la zona, y lo único que hacían era fichar a los jugadores, sus gestos, sus emociones y sus movimientos.
Penetrando en la tensión de la mesa izquierda, se acercó al crupier.
- 5 fichas de 10, por favor – las recibió. Colocó una de ellas en la chance al rojo. “Se la juego a Marx”, pensó. Una vez echada la bolita, el crupier señaló su apuesta.
- ¿Quién jugó esta ficha?
- Yo - contestó.
- La apuesta mínima a un color es de 50, ¡No va más!
Retiró la apuesta y se la devolvió. El muchacho cambió nuevamente sus fichas por una única de 50. Salió el 0. Una vez repartidas las ganancias y pérdidas correspondientes, repitió el ejercicio: 50 pesos al rojo.
- ¡No va más!
Cerró los ojos al ver que la bolilla comenzaba a perder impulso. Esperó el inconfundible sonido de su dubitativa caída.
- ¡Rojo el 24!
Sonrió con los ojos aún cerrados.
Cambió sus dos fichas por un billete de 100 en la caja central. Salió a la calle y descendió hacia la juventud en el alcohol de la madrugada playera.

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Los sonidos comenzaron a tomar un sentido perceptible. Tomó conciencia de los puntos de contacto entre su cuerpo físico y la superficie del suelo. Empezó a mover y estirar muy lentamente los dedos de los pies; luego, las piernas y rodillas. Despertó. Su estómago ya se sentía prácticamente bien, pero ahora su frente y sus hombros habían tomado una temperatura desmedida y presentaban renuencia al tacto: la sombra donde él se había recostado estaba ahora recostada a 5 metros de su posición. El mp3 hacía rato que había callado. Se incorporó y puso nuevamente el agua para el mate, sacó unas galletitas dulces de su mochila de mano. Comió. Tomó dos o tres cebadas de mate bastante rápido. Pronto tendría que ir a orinar, pero la idea misma lo alentó a recostarse sobre la bolsa, nuevamente debajo de la migrada sombra. Encendió una colilla de porro. El mp3 ya no tenía batería, pero en su mente resonaron las estrofas de “Tomorrow Never Knows”. Exhaló y rindió su cuerpo mientras ante sus ojos se posaba la imagen de las diminutas olas del río yendo y viniendo contra la orilla.

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Sacó la mano del bolsillo trasero de su pantalón. Sólo quedaba un billete de 5. La chica de la barra ya tenía el trago preparado para el joven que estaba delante suyo en la cola, pero éste se encontraba inmerso en una suerte de trance hipnótico, obnubilado por las figuras de dos muchachitas de 16 ó 17 que bailaban animada y casi provocativamente a un costado suyo.
- ¡Che! Acá esta tu speed con vodka.
El muchacho no se percató del llamado. Seguía absorto y con la mirada enfocada en su deseo. Fue tomado en el hombro por el muchacho que estaba detrás de él.
- Che, ¿por qué no vas a decirle algo a las chicas? Algo sucio…
- ¿Qué?
- Digo… están buenas las guachinas, ¿no?
- Si, pero… - se tomó un segundo para volver al mundo real. Yo tenía que…
- Me parece que te llaman atrás…
- Pagó por su speed con vodka y se alejó unos 20 metros del lugar, donde la muchedumbre se hacía más espesa. Todos los que estaban detrás suyo en la fila avanzaron un lugar.
- ¿Qué te sirvo?
- ¿Qué me das por 5 pesos?
- Una lata de cerveza o una medida de bebida blanca.
- Dame el tequila más barato que tengas… y que sea lo más doble que se pueda.
La muchacha sonrió, dio la vuelta y fue a por la botella. Él metió la mano en los bolsillos delanteros del pantalón y puso todas las monedas que encontró dentro del frasco de propinas. Le sirvieron su trago en dos medidas. Pagó. Sal. Uno. Dos. Limón. Exhaló con fuerza y percibió la asombrosa liviandad de su cuerpo. Sonrió a todo aquel que cruzó la mirada con la suya durante poco menos de un minuto. El amanecer comenzaba a despuntar detrás del río, pero la playa parecía estar igualmente llena de gente que lo que estaba dos horas atrás. Fue en dirección a las adolescentes que seguían bailando sensualmente.
- ¿Qué están tomando, chicas? - ambas tenían las manos vacías.
- Nada.
- ¿Nos invitas una birra?
- Mmm… no se… ustedes dos tienen cara de aprovecharse de todo aquel que se acerque a hablarles…
- ¿Y para qué te acercaste?
- Porque esta noche quiero que se aprovechen de mi - las chicas rieron tímidamente. Él sonrió.
- Bueno, comprate una birra y vemos qué onda.
- Me encantaría, realmente, pero se me acabó la plata. ¿Se invitan una ustedes?
Las muchachas dudaron por un momento y cruzaron miradas.
- Es que ya tomamos bastante y estábamos por irnos…
- Daaale, ¿no pinta una birra más?
- Romi, ahí están las chicas - le dijo una a la otra.
- Uy, ¡por fin! Un gusto, eeh… - intentó recordar el nombre que nunca le habían dicho.
- Chau, chicas - saludó a ambas con un beso.
Barajó por un instante sus distintas opciones. Ninguna de ellas lo alentó demasiado. Hizo un último paneo de sus alrededores y finalmente, comenzó a caminar alejándose de la playa por la ruta en dirección al camping municipal. Durante el trayecto, pensó que la razón por la cual no volvía acompañado residía en la sobriedad ajena, o que por lo menos ese factor pesaba mucho más que cualquier otro en cuestión. “Sí, es la explicación más convincente”, pensó. Llegó a destino.
El sol seguía ascendiendo en la despejadísima mañana dominical. Entró en la carpa y se sacó la ropa hasta quedar en calzones. Se metió en la bolsa de dormir y acomodó su cuerpo lo más que pudo. “Sobriedad ajena”, murmuró. Se rió con ganas y gustoso del absurdo de su propia idea. Inhaló. Exhaló. Se rindió.

17/1/09

In-dig-nante

Señor juez!!!!!!!!! Plagio!!! Robo!!! Descarada copiosidad!!!!!! Violación anal!!!!!!

Más allá de que esta peli con el descarado de nícolas keish (quien sólo actúa dignamente en El Ladrón de Orquídeas) no merezca demasiada atención o análisis alguno por ser un barato pochoclo joliwudense, resulta necesario realizar un descargo. La siguiente escena de batalla entre el héroe del film (una calavera que escupe fuego y usa una chaqueta de cuero re genial re copada a la última moda, haciendo juego con su coqueta cadena impartidora de justicia social) y su némesis es... bueno, si os atreveis, mirad con sus propios ojuelos, chiquininos:



Soy yo o esta escena contiene burdas y baratas imitaciones a la gran batalla final entre Arnold y el T-1000 en Terminator 2??? Digo... la escopeta que retrasa al malo, el tiro en la cabeza que lo desfigura, su resurgimiento de entre las cenizas cual charcos de mercurio líquido uniéndose nuevamente para formar el cuerpo entero y proseguir la batalla...

No se... esta peli me mareó. Creo que me voy a comprar una chaqueta como la de nícolas asi me pongo a la moda y me gano a todas las minitash.

Antes de irse, BORT les deja un videín para reconfortarse cada vez que se sientan inseguros, pequeños, miserables de espíritu y/o aquejados por dilemas existenciales.



Supermanopleta!

15/12/08

Acerca de las múltiples y muy convincentes razones por las cuales Riquelme es un pecho frío


Alojas!!! Olajas!!!

- Si, qué tal? Para mi una ciruela flotando en perfume francés, servida en un sombrero de copa. Vos querés algo, mi amor?
- Si, quiero torturarte con un picahielos, bañar tu cuerpo con diarrea de mono y cortarte el pene en pedacitos para mandárselos por correo a tu familia entera.
- Ah... pero de tomar no querés nada, no?
- No.
- Sólo la ciruela, entonces. Gracias!

Muchachinos! Cómo les cuelga? De arriba hacia abajo? Y si, es lo que se llama la Teoría de la Relatividad. Según la misma, el socialismo sería un sistema económico y político relativamente más justo para todos que el capitalismo. Pero en fin, en teoría, el comunismo funciona March, en teoría.

En el día de la fecha, BORT se comunica con los terrícolas para contarles la historia de...

- Perooo, acaso BORT no es un terrícola?

SEGURIDAD!!! SAQUEN A ESTE SUBVERSIVO DE MI VISTA!!! De ser posible, arrójenlo a la calle por la puerta principal en forma humillante, de manera que caiga tontorronamente sobre el pavimento, tal como sucede en las películas. Gracias!

En efecto, la historia de hoy no tiene un final feliz. De hecho, la misma no tiene ni un miligramo de felicidad, por donde sea que se la mire. En definitiva, es la historia de un joven que nunca encontró la felicidad, dado que, con esa cara de sufrido, siempre supo que su destino sería el de ser un verdadero infeliz, desde el día en que naciera, hasta el insípido momento en que Dios decida decirle "No pibe, vos sos tan pero tan infeliz, que si te dejo entrar al cielo nos vas a cortar el mambo a todos. Mejor, ya que tanto parece gustarte, andate a sufrir un poco al infierno. Tocá el timbre en la recepción y preguntá por Hermildo".

Intenté por todos los medios posibles (mentira, solo probé introducir un par de frases directas en iutú, como por ejemplo "Riquelme pecho frio" o "Por qué mierda Riquelme escupirá 7 veces por cada plano que le realizan?") conseguir un video muy revelador que permitiría esclarecer irrefutablemente las causas por las cuales este muchachín es como es. Dicho video salió al aire una vez en TVR, y en el mismo aparecía Don Sufrimiento relatando que cuando era un pequeñín, su padre solía ir a verlo jugar al papi fulbo y se la pasaba insultándolo y diciéndole que era un inútil bueno para nada, que jugando así no lo iba a comprar ni Sacachispas. Incluso, en el mencionado tape, Riquelmeng revela que al día de hoy, su padre sigue llamándolo después de los partidos para resaltarle todos y cada uno de los errores que cometió durante el transcurso de los mismos.

- Che, es en serio todo esto?

Seh, posta posta.

Froidianamente hablando, Riquelme siente desde pequeño un profundo amor por su padre. Y cuando digo amor, me refiero al tipo de amor que hace que alguien acepte de buena gana que le introduzcan cosas en el ano. Siendo que, evidentemente, su padre decidió no corresponder este amor, el muchachito generó un fuerte mecanismo de defensa basado en la represión, el sufrimiento crónico, los escupitajos en secuencia y la imposibilidad de decir otra cosa más que las típicas frases de jugador de fútbol cliché, como por ejemplo: "seh, la verdad que fue un partido muy difícil... un equipo muy duro, que se cierra bien atrás... pero por suerte hemos podido sacar el partido adelante, metimo´ la´ pelota en el arco de ello´, y bueno, el fulbo eh´ así... le quiero dedicar el chamigo a todo´ mi´ compañero´, porque esta victoria es de todo el equipo".

- Pero... vos me estas diciendo que... este pibe es... puto?

En efecto, resulta muy claro que... un momeeeeento. No hice que te echaran a vos hace un rato?

- No, ese era mi hermano gemelo.

Ah, jamón. Si, el pibe es puto. Quieren pruebas? Dadle al botón de play.



Esclarecido este punto, podemos avanzar sobre otro. No solamente es puto. Es un mentiroso, dado que en el video precedente el muchachito dice que es feliz de esa manera, o sea, siendo puto. La sumatoria de ser puto y mentir acerca de ser feliz al respecto, da como resultado... ser un puto reprimido, desagradable, pecho frío e infeliz. En efecto, si alguien fuera puto y fuera feliz al respecto, no reaccionaría de la siguiente manera cuando alguien buscara satisfacer sus más profundos deseos anales:



Por supuesto, no faltarán las voces ociosas que respondan a esta historia con un "eeeh, bort, sos un puto vo´, vo´ so´ de rive´ y está´ amargado porque salieron último´, eeeh, awante riquelme, awante boquitaaaa!!", o algo por el estilo.

Ciertamente, BORT (o al menos la mitad de él... por cierto, de quién eras hincha, nena? Ah, de los Chicago Bulls, cierto) es hincha de River. De todas formas, sostiene todo lo dicho por medio de la presente y se despide dando una muestra más de la insuperable infelicidad que emana este personaje por todos sus poros. Adieux!



jajajajajaja, se pegó un pelotazo a si mismo en el Güini!!! jajajaja, es genial!

5/12/08

El que tiene facha hace lo que quiere...

15/11/08

Las puertas de la percepción.

10/11/08

La tira cómica más pedorra del mundo

1/10/08

Me lan cólicos!!! (chinito con dolores de panza crónicos)

Ea ea ea, pepepepe!!!

BORT regresa luego de unas vigorizantes semanas de vacaciones en Depresolandia (un hermoso lugar donde uno recuerda todas las bellas e increiblemente coherentes razones que existen para acabar con la propia existencia), y vuelve con todas las pilas recargadetas!!! De más esta decir que, por supositorio, BORT es incapaz de volver de viaje sin traerles a todos y cada uno de ustedes unos regalitos que reflejen las más alucinantes experiencias vividas durante este corto pero no por eso menos intenso período de tiempo. Sin mayores preámbulos, BORT les hace entrega de los mismos por medio de la presente... FOTOS DEL VIAJE!!!!!!!!!!




Acá vemos a BORT durante sus primeros días de viaje, intentando cortarse las venas de forma muy amateur con un una daga... muy poético, ciertamente.







Aquí podemos observar la caricatura que hicieron de BORT en el parque de diversiones más famoso de Depresolandia, en el preciso instante en el que intentaba perforarse el cerebro con su propio dedo mayor... qué buenos momentos!!!



Esta bonita imagen corresponde a los últimos días de la travesía, donde BORT ya se había convertido en todo un experto en este asunto de acabar con la propia vida... por fortuna, en Depresolandia toman todos los recaudos necesarios para que nadie muera en sus instalaciones... creo que tiene algo que ver con evitar demandas millonarias y mala publicidad, pero bueno, por otro lado... no saben lo que es la vida nocturna!!! Un garrón, seh, esta lleno de adictos a los antidepresivos y "La niñera" versión Florencia Peña...


De cualquier forma, BORT vuelve para hablar de un tema que nos acongoja y preocupa en estos tiempos de cámaras que sacan fotos cuando uno sonríe, celulares que reconocen temas que suenan en la radio y pelotudos forros del orto que idiotizan al prójimo con ideas reaccionarias basadas en conceptos pseudo-objetivos que a su vez se fundamentan en palabras que provienen del latín.

Se trata de la Melancolía. Es ese sentimiento que nos hace extrañar todo lo bueno que se ha vivido en algún momento de la vida y que nos impide avanzar hacia nuevas sensaciones y experiencias gratificantes. Culo, tetas. Perdón, al escribir una frase que parece ser seria, BORT siente la necesidad imperiosa de escribir nuevamente alguna que otra sandez para compensar un poco. CULO, TETASSSS!!!

En definitiva, la melancolía no es más que una sensación de que lo mejor ya pasó, probablemente fundada en algún conflicto de Edipo, miedo al compromiso, complejo de tamaño o alguna otra de esas cosas que dicen los psicólogos y que nos hacen sentir tan felices de nosotros mismos, que nos dan ganas de estallar en un frenesí de carnaval carioca.

A continuación, algunas de las cosas que hacen a BORT sentirse melancólico...

Los espectáculos escolares preparados para los padres...



Las proezas de los ídolos del deporte...



Las calamidades de la guerra...



Y los grandes clásicos de la música...




Por último, BORT les recuerda que, si desean que regrese la tira cómica que tanto nos ha hecho reir, reflexionar, llorar y matar, no tienen más que mandar una carta bomba (o una foto de sus madres desnudas, como ustedes prefieran) a la estelar dibujante de este espacio. La dirección es... en esa casa... que esta en esa calle... que tiene muchos arbustos... y donde el sol se pone exactamente arriba todos los mediodias... lanus ciudad y gueto.

Mondiola!